lunes, 18 de abril de 2011

Aztecas

UBICACIÓN:
Los aztecas establecieron México-Tenochtitlan en el centro del Valle de México, expandiendo su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de Hidalgo, y parte de Guatemala.
Procedentes de Aztatlan (lugar de las garzas), los mexicas, luego aztecas, se asentaron en las tierras posteriormente conquistadas por Hernán Cortés, construyendoTenochtitlan (1323) y habitando allí hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.
Representativa de la función social o estatus, la vestimenta de los aztecas representó su compleja estructura social.
Si bien hay características que se repiten en la mayoría de las culturas precolombinas, esto es, uso de pieles de animales en el comienzo, elaboración de pigmentos vegetales para teñir las prendas, fabricación de tejidos mediante telar, tarea reservada a las mujeres, el uso de plumas y oro para los nobles o el emperador, los aztecas se destacaron por la diversidad de su vestuario y el colorido que presentaban.

VESTIMENTA:
Representativa de la función social o estatus, la vestimenta de los aztecas representó su compleja estructura social.
Si bien hay características que se repiten en la mayoría de las culturas precolombinas, esto es, uso de pieles de animales en el comienzo, elaboración de pigmentos vegetales para teñir las prendas, fabricación de tejidos mediante telar, tarea reservada a las mujeres, el uso de plumas y oro para los nobles o el emperador, los aztecas se destacaron por la diversidad de su vestuario y el colorido que presentaban.
En la base de esta sociedad jerarquizada estaban los guerreros, ocupados de cuidar tanto al pueblo como al emperador y sacerdotes, ubicados en la cima de la sociedad, y las arcas de la organización de la que vivía toda la población. Los trajes se diferenciaban según los méritos en campaña, caracterizados por complejos tocados, adornos de oro y conchas.
Las mujeres llevaban el huipil y quechquemitl, camisola, una falda debajo, y mantilla, respectivamente. Los pigmentos para teñir los géneros eran de origen natural, el índigo, por ejemplo, provenía de una planta indigófera y el rojo o púrpura se extraía de un tipo de caracol.
Los hombres usaban el maxtle o taparrabo, una tira de algodón que pasaba por las ingles, enlazándose a la cintura y una especie de sandalia llamada cactli que sólo tenían talonera y tiras para ser anudadas a la pantorrilla.
Los vestidos, tanto de hombre como de mujer, cuando no eran tejidos, se confeccionaban en fibra de Ixtle o del manguey que se obtenía mediante el raspado de sus hojas o ramas, obteniéndose así los hilos. Posteriormente, reemplazaron estas fibras por el algodón.
El arte plumario constituía realmente una destreza particular. De aves propias del lugar o criadas en cautiverio, las plumas se clasificaban por su tamaño y color, sobrevalorándose las de color verde de quetzal, cuya importancia era mayor que la concedida al oro. Éstas no solo se llevaban en los tocados, también en los escudos de los guerreros, cuyo vestuario en ocasiones representaba a sus dioses.



DESARROLLO TECNOLÓGICO:
  • Minería: Conseguían obsidiana de la Sierra Madre Sur y Occidental para elaborar armas y objetos cotidianos (cuchillos, platos,collares).
  • Textilería: Otra industria muy popular entre los habitantes del imperio azteca fue la textil, la cual tenía entre sus principales productos la fabricación de tejidos de algodón y fibra de maguey.
  • Arte y arquitectura aztecas: manifestaciones artísticas desarrolladas por el pueblo azteca entre el 1250 y el 1521 d.C. que se cuentan entre las más importantes de Mesoamérica antes de la llegada de los europeos.  El arte azteca es, fundamentalmente, un arte al servicio del Estado, un lenguaje utilizado por la sociedad para transmitir su visión del mundo, reforzando su propia identidad frente a la de las culturas foráneas. De marcado componente político-religioso, el arte azteca se expresa a través de la música y la literatura, pero también de la arquitectura y la escultura, valiéndose para ello de soportes tan variados como los instrumentos musicales, la piedra, la cerámica, el papel o las plumas. Lo primero que llama la atención es la asimilación azteca de las tradiciones artísticas anteriores y la impronta personal que otorgaron a sus manifestaciones. El arte azteca es violento y rudo pero deja entrever una complejidad intelectual y una sensibilidad que nos hablan de su enorme riqueza simbólica.

ARQUITECTURA:
El hecho de que la actual capital de México cubra, en la práctica, la antigua Tenochtitlán, capital del Imperio azteca, impide que tengamos una visión completa de las estructuras arquitectónicas y, sobre todo, de la organización del espacio en los centros ceremoniales, o la relación entre estructuras templarias y las construcciones de carácter habitacional.
De hecho, nuestro conocimiento de esta zona se limita a algunos sectores en los que pudieron hacerse excavaciones de carácter restringido o donde se produjeron hallazgos casuales. Así la llamada plaza de las Tres Culturas, en el corazón de Tlatelolco; las excavaciones en el templo mayor, en el subsuelo de la catedral metropolitana, o en los trabajos para la construcción del metro, más algunos templos aislados, como los de Tenayuca o Santa Cecilia, que nos proporcionan una idea de cómo fueron los templos en la zona central del valle de México. A esto debemos añadir algunos otros asentamientos, como los de Malinalco, Zempoala, Teopanzolco o Calixtlahuaca, en los que se han descubierto importantes estructuras de época azteca.
Arquitectura religiosa
La arquitectura religiosa se desarrolla siguiendo las pautas de la tradición mesoamericana, aunque existen aportaciones importantes. El tipo de construcción más original es el de los templos gemelos, con doble escalinata de acceso. Aunque el mejor conocido es el de Tenayuca, a ese modelo responden también los templos principales de Tlatelolco y Tenochtitlán. Se trata de una representación dual de las divinidades que existía en Mesoamérica desde épocas remotas. La colocación de parejas de dioses, como la de Huitzilopochtli–Tláloc del templo mayor de Tenochtitlán, sobre una sola plataforma piramidal, hace que su estructura sea alargada y presente una doble escalinata de acceso. En este caso, las excavaciones realizadas por el doctor Eduardo Matos Moctezuma pusieron de manifiesto una serie de hasta siete periodos o reconstrucciones sucesivas entre 1375 y 1520.
Otro modelo arquitectónico relativamente frecuente es la pirámide de planta circular que tradicionalmente se ha atribuido a santuarios del dios Ehécatl, deidad del viento, que en su aspecto de remolino o huracán podría hacer lógica esta forma. Las más conocidas son la de Calixtlahuaca y la de la estación de metro de Pino Suárez. Otra construcción muy característica de los aztecas es un tipo de plataforma decorada con calaveras, que constituían la base del tzompantli, estructura donde se acumulaban los cráneos de los sacrificados. Sólo se conserva un pequeño altar que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de México y el descubierto recientemente en las excavaciones del templo mayor.
Entre los tipos arquitectónicos más comunes no podemos dejar de mencionar los templos piramidales de planta cuadrada o rectangular con una sola escalinata de acceso en la parte frontal, delimitada por dos alfardas lisas. Muchas de las pirámides de Tenochtitlán seguían este modelo.
Dos de las más extraordinarias creaciones arquitectónicas de los aztecas fueron Tepoztlán y Malinalco, ambas excavadas en la roca y terminadas con construcciones de mampostería. El templo de Tepoztlán es de planta rectangular y tiene dos salas: a la primera se accede por una puerta dividida por dos pilastras, mientras que en la del fondo hay un banco corrido decorado con relieves que muy bien pudieran ser insignias funerarias. El conjunto del templo descansa sobre una plataforma piramidal con escalinatas limitadas por alfardas. Malinalco, por su parte, es un conjunto irregular de construcciones templarias excavadas en la roca madre, compuesto por seis unidades de las que cuatro al menos presentan una forma circular. La estructura I es la más elaborada del yacimiento y representa un conjunto escultórico de una impresionante belleza. En ambos caso nos encontramos ante un tipo de construcción religiosa que tiene la función de expresar el poder militar y religioso de los aztecas.

ESCRITURA:
La escritura azteca no pasó de la etapa pictográfica. El carácter de sus escritura es el llamado iconomático (jeroglífico), con la interpretación convencional de las figuras, que recuerdan la mitología del Antiguo Egipto. Dividían el año , que empezaba el día primero del mes toxcatl, en 18 meses, de 20 días cada uno. Cada semana añal comprendía 13 años, constituyendo las cuatro, un siglo de 52 años.

LITERATURA AZTECA:
Los aztecas tuvieron una escritura ideográfica o jeroglífica. Con la llegada de los españoles, estaban en la etapa fonética y no se ha podido comprobar si podían representar los sonidos con letras.
Los tres lugares más importantes para el desarrollo cultural y literario lo constituyeron Tenochtitlán, Texcoco y Cualhtitlán. Tenochtitlán era la capital del imperio azteca (México) y poseía museos que han desaparecido.
La poesía azteca era cantada y bailada, los temas eran los héroes, la historia, la vida y la muerte, cargados de significación religiosa. Componían también himnos a los dioses: los cantos divinos (teocuícatl) y los cantos guerreros (yaocuícatl). Usaban el verso de dos hemistiquios.

Aunque muchos códices fueron destruidos por los conquistadores, de todas maneras, han llegado a la actualidad por medio de misioneros o de la tradición oral algunas obras indígenas.
De estos textos la mayor parte son poemas, que se conocen con el nombre de cuicatl. Los cuicalt incluían bailes y cantos, hablaban sobre la vida y la muerte y solían utilizarse como parte de celebraciones religiosas (estos poemas contaban con una importantísima significación religiosa).

Otra manifestación literaria de tipo religiosa fueron los llamados cantos divinos o teocuícatl, que estaban destinados a los sacerdotes.

Y al margen de los poemas religiosos, los mexicas produjeron también una especie de literatura pa la guerra. Son los llamados cantos guerreros o yaocuícatl.

La poesía tenía una gran importancia en la sociedad mexica y gozaba de alta estima. Los jóvenes de las clases sociales con más recursos solían acudir a colegios llamados calmecac para aprender el arte de la poesía, y a colegios llamados caicalli para aprender el arte del canto. Saber escribir y recitar versos se consideraban buenos atributos en un joven de alta posición.

Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca, así como Texcoco y Cualhtitlán, no por casualidad dos sus ciudades más importantes, fueron los tres mayores centros literarios de la civilización mexica.

Al ser oral, no tenemos muchos registros de los principales autores de esta literatura. Solían ser los reyes quienes se atribuían las mejores obras, y entre ellos se considera a Nezahualcoyotl, que reinó en Texcoco durante el siglo XV, como uno de los más virtuosos.

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